.... es notar cómo la ropa acaricia tu cuerpo. Y no porque la ropa te vaya grande, ni mucho menos. Si no porque te mueves de otra manera, como más ágil, como más a gusto. Notas como la camiseta te acaricia, cómo los pantalones bailan con tus piernas. Y te dan ganas de bailar con ellas. Todo es más fácil cuando te mueves con esa soltura porque todo está más a mano, porque llegar a las cosas ya no es un mundo que te agota, sino un paseo que disfrutas.
Moverme y sentir mi propio cuerpo como un instrumento que crea música y no como un coche viejo y pesado; vestirme y sentir como la ropa se adapta a mi cuerpo y no mi cuerpo a la ropa ... es maravilloso.
Y así dan ganas de seguir buscándote para encontrar más música que bailar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario